martes, 31 de agosto de 2010

Crítica: PERUCHOS


Ahora llega recargado  

"Peruchos” de Omar Honores, con la dirección de Pipo Gallo, tuvo un fugaz paso por el escenario del Teatro de Cámara hace dos años. Concebida por su autor como una mirada irónica sobre nuestros prejuicios raciales, la obra no pasó de ser un olvidable entretenimiento con un elenco bastante irregular, en el que brillaba con luz propia Ana Pfeiffer en el papel de la tía Ushtica, la dueña charapa del hospedaje en el que se desarrolla la acción y en la que se encuentran estereotipados personajes, envueltos en una torpe confusión sobre un dinero desaparecido. Para retomar el proyecto, esta vez en el Club de Teatro de Lima, Honores convocó a un nuevo director y actores, y hay que mencionar que la puesta en escena gana bastante con el cambio.

Este nuevo “Peruchos”, en versión recargada, cuenta ahora con la dirección de Juan Carlos Díaz, quien hábilmente se preocupa más en la dirección de actores y en el manejo del ritmo, que en intentar dar cátedra sobre nuestra idiosincrasia nacional. La anécdota, demasiado sencilla aunque entretenida, sólo sirve para presentar algunos personajes bien bosquejados: la sobrina engreída, la vecina pacata, el fumón ocioso, el cholo agresivo y otros más. Los continuos e intempestivos cambios en el elenco a lo largo de la temporada (acaso “Peruchos” bata un récord histórico para el teatro independiente), no atentaron contra el resultado final general, que logró estar por encima de su temporada anterior.

Difícil reto el de superar la gran caracterización del personaje de Ushtica de Pfeiffer. Sin embargo, una actriz tan versátil y con un notable registro para la comedia como Úrsula Kellenberger, resultaba a todas luces la mejor opción. Y vaya que hace suyo dicho personaje, acompañada por un adecuado elenco en el que destacan Sandra Gonzáles y Ruth Vásquez. “Peruchos” 2010 puede jactarse de haber evolucionado como sano entretenimiento, pero dista mucho del objetivo original planteado por su autor.

Sergio Velarde
31 de agosto de 2010